Lunes 8 de septiembre de 2025

Biografía, vida y obra de Pascual Fortuño Almela

(Nació en el siglo XIX en España - Año 1936 en España)

Vida de Beato Pascual Fortuño Almela

Beato Pascual Fortuño Almela, nacido el 28 de octubre de 1899 en Llosa de Ranes, Valencia, España, fue un sacerdote y mártir católico que fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en el año 2001.

Desde una edad temprana, Pascual mostró una profunda devoción por la fe y un firme compromiso con los valores cristianos. Después de completar sus estudios en el seminario, fue ordenado sacerdote en 1925 y se desempeñó como párroco en varias iglesias de la diócesis de Valencia.

Durante la Guerra Civil Española, Pascual fue perseguido por su fe y su lealtad a la Iglesia Católica. A pesar de las amenazas y la violencia que enfrentaba, se negó a renunciar a su fe y continuó ministrando a los fieles en secreto.

Finalmente, en 1936, fue arrestado por las autoridades republicanas y encarcelado en condiciones inhumanas. A pesar de las torturas y el sufrimiento que soportó, Pascual se mantuvo firme en su fe y se negó a renunciar a su creencia en Dios.

El 25 de agosto de 1936, Beato Pascual Fortuño Almela fue martirizado por su fe y sacrificado por su lealtad a la Iglesia Católica. Su valentía y su ejemplo de fidelidad hasta la muerte lo convirtieron en un símbolo de resistencia y fortaleza para los católicos de todo el mundo.

En 2001, Beato Pascual Fortuño Almela fue beatificado por el Papa Juan Pablo II en una ceremonia especial en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Su vida y su martirio continúan siendo un testimonio inspirador de la fuerza y la fe de los mártires de la Iglesia Católica.

Hoy en día, Beato Pascual Fortuño Almela es venerado como un santo y un mártir por los fieles de la Iglesia Católica, que lo recuerdan como un ejemplo de valentía y fidelidad en tiempos de persecución y adversidad. Que su vida y su martirio nos inspiren a seguir su ejemplo y a permanecer firmes en nuestra fe en todo momento.

Curiosidades de Beato Pascual Fortuño Almela

1. Beato Pascual Fortuño Almela nació el 29 de julio de 1907 en Ontinyent, Valencia, España.
2. Fue ordenado sacerdote en 1930 y sirvió en diversas parroquias de su diócesis.
3. Durante la Guerra Civil Española, fue perseguido por su fe católica y tuvo que esconderse para evitar ser capturado.
4. En 1936, fue arrestado y encarcelado por las autoridades republicanas, pero logró escapar y refugiarse en la casa de una familia amiga.
5. Se dedicó a ayudar a los necesitados y a los enfermos durante la guerra, arriesgando su propia vida para llevarles alimentos y medicinas.
6. Fue conocido por su gran devoción a la Virgen María y por su profunda vida de oración.
7. En 1938, fue nuevamente arrestado y torturado por las autoridades republicanas, pero se mantuvo firme en su fe hasta el final.
8. Fue fusilado el 25 de agosto de 1938 en Ontinyent, junto con otros compañeros de fe que también fueron martirizados.
9. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001, junto con otros mártires de la Guerra Civil Española.
10. Su fiesta se celebra el 25 de agosto, día en que fue martirizado y dio su vida por Cristo.

Valores que nos enseña Beato Pascual Fortuño Almela

1. Fe en Dios: Beato Pascual Fortuño Almela nos enseña a confiar en la providencia divina y a mantener una relación cercana con Dios a lo largo de nuestra vida.

2. Humildad: Fortuño Almela nos enseña la importancia de la humildad y el servicio desinteresado a los demás, siguiendo el ejemplo de Jesucristo.

3. Caridad: Nos enseña a ser generosos y compasivos con los más necesitados, demostrando amor y solidaridad hacia los demás.

4. Perseverancia: Fortuño Almela nos enseña a perseverar en nuestro camino de fe, a pesar de las dificultades y obstáculos que podamos encontrar en el camino.

5. Fidelidad: Nos enseña a ser fieles a nuestros compromisos y a vivir de acuerdo con los valores del Evangelio, sin comprometer nuestra fe por conveniencia o comodidad.

6. Confianza en la providencia de Dios: Nos enseña a confiar en la providencia de Dios y a tener la certeza de que Él siempre proveerá todo lo que necesitamos en nuestra vida.

7. Gratitud: Nos enseña a ser agradecidos por todas las bendiciones que recibimos de Dios y a valorar cada momento de nuestra vida como un regalo divino.

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