VÃctor eremita, también conocido como San Victoriano, fue un santo y ermitaño italiano nacido en el siglo VI en la región de Campania, al sur de Italia. Según la tradición, VÃctor provenÃa de una familia noble, pero decidió abandonar su riqueza y posición social para dedicarse a una vida de oración y austeridad en la soledad del desierto. Se retiró a una cueva en las colinas cercanas a Nápoles, donde pasó muchos años en oración y contemplación.
Durante su tiempo como ermitaño, VÃctor se convirtió en un modelo de vida ascética y en un maestro espiritual para muchos que venÃan a buscar su consejo y guÃa. Sus discÃpulos construyeron una pequeña iglesia cerca de su cueva, donde VÃctor celebraba la EucaristÃa y ofrecÃa la Palabra de Dios a los visitantes.
La fama de VÃctor se extendió por toda la región y llegó a oÃdos del Papa San Gregorio Magno, quien se interesó por conocerlo. En su visita a VÃctor, el Papa quedó impresionado por su humildad y sabidurÃa, y lo animó a seguir sirviendo a Dios en la soledad del desierto.
VÃctor murió en el siglo VI, después de haber vivido muchos años en su cueva. Fue venerado como santo poco después de su muerte y su devoción se extendió por toda Italia y más allá. En la actualidad, San VÃctor es considerado como el patrón de los ermitaños y su vida es un ejemplo de humildad, austeridad y devoción a Dios.